Desde hace años venimos celebrando el Día Mundial de la Mujer Rural el día 15 de octubre. Considero que, el objetivo principal de festejar este día, no puede ser otro que visibilizar y reconocer la importancia que merece la aportación económica, social y cultural que realizan las mujeres en las áreas rurales y su decisiva contribución para el desarrollo de nuestra tierra.
Quisiera compartir algunas reflexiones sobre un sector cargado a la vez de expectativas, desafíos y posibilidades. Y empezaré por lo más tangible y cercano: la hospitalidad y generosidad, señas de identidad que se corresponden con la imagen habitual y el estilo de vida de nuestros pueblos.
Cuando se viene de fuera se aprecia, como algo muy valioso, ese natural y espontáneo espíritu de acogida de nuestros paisanos y paisanas. Soy de los que piensan que a pesar de los contrastes y de evidentes rasgos diferenciales, en nuestra Región lo rural y lo urbano, como dos conceptos fundamentales de la sociología tradicional ni se oponen ni se excluyen, sino que se complementan y se necesitan.
Entre todos hemos de buscar, por tanto, un equilibrio necesario para armonizar intereses y, sobre todo, para que no se produzcan fracturas o situaciones injustas que impidan a los hombres y mujeres que viven en el medio agrario el acceso al progreso y al bienestar y a los sistemas de comunicación e innovación que mueven la economía, la sociedad y la cultura de nuestro tiempo.
Y son muchas las razones creo, las que avalan esta lógica pretensión. Ante todo, porque el mundo rural tiene un enorme potencial de desarrollo, una gran capacidad de ofrecer productos y alternativas de calidad, de crear más riqueza y empleo y de favorecer un modelo de crecimiento sostenible.
Segunda idea o aspecto que deseo subrayar. Los y las castellano manchegos tenemos pendiente de aprobación del nuevo Estatuto de Autonomía, norma que será piedra angular de las políticas que viene poniendo en marcha el Gobierno de la Junta de Castilla-La Mancha.
La problemática del mundo rural y sus perspectivas de futuro ocupan en el texto que queremos aprobar una destacada posición. Así se establece como objetivo fijar a la población en dicho medio, mejorar su calidad de vida y promover estrategias integrales de desarrollo basadas en la garantía de agua y la sostenibilidad.
Tales aspectos, se completan con las referencias que se hacen a cuestiones como el equilibrio social y territorial, el papel dinamizador de los agentes y grupos locales, la diversificación de la economía o la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
Estas líneas de actuación tienden, como es fácil deducir, a incrementar en la ciudadanía de nuestra Región la situación de bienestar lograda en estos años de democracia y autogobierno que, con tanto esfuerzo e ilusión, conquistamos un histórico 1982.
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