Responde en rueda de prensa María Dolores de Cospedal, secretaria general de ese Partido Popular que siempre habla claro y llama a las cosas por su nombre: “Vamos a decir cuáles son nuestras propuestas. En nuestras propuestas hay austeridad y en nuestras propuestas hay sacrificio. Y en nuestras propuestas hay compromisos y cumplimiento de los compromisos. Y en nuestras propuestas, desde luego hay libertad, pero hay igualdad de oportunidades. Y en nuestras propuestas hay la defensa de un servicio público de calidad, pero hay condena del despilfarro”… Y en sus propuestas sólo falta un hada, un final feliz y un buen plato de perdices. Y dos huevos duros, que diría Groucho Marx. ¿Existe el programa del PP o es sólo otro animal mitológico, como los unicornios o el yeti? Lo veremos después de la publicidad, cuando hayan pasado las elecciones.
El sonrojante testimonio de De Cospedal es de esta semana. La tomadura de pelo ya dura casi dos años. El PP está haciendo lo imposible, hasta el ridículo, con tal de no detallar ni una sola medida económica realista –no, combatir los 100.000 millones del déficit recortando 17 millones en subvenciones a partidos y sindicatos no cuenta como “realista”–. Su estrategia está cantada: no hacer ruido, no vaya a ser que la izquierda despierte y se movilice a la contra. Mariano Rajoy prefiere esperar sentado a que la victoria caiga sola mientras el PSOE se desangra en esas reformas impuestas casi a punta de pistola. ¿Le funcionará? Contra la opinión mayoritaria, yo no lo tengo tan claro.
El programa del PP, de tanto ocultarlo, se está convirtiendo en el monstruo de una película de terror de serie B: ese bicho del pantano que asusta más por lo que no se ve que por lo mal que le sienta el maquillaje. |
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